Esta es la primera lección que todo emprendedor debería saber antes de tener su propio negocio
Mi padre rico dijo: “A mitad del camino, el emprendedor comienza a crear un paracaídas y espera que se abra antes de estrellarse contra el suelo”.
Y también dijo: “Si el emprendedor se estrella contra el suelo antes de fabricar un paracaídas, es muy difícil que se vuelva a subir al avión y lo intente nuevamente”.
Para ustedes que conocen la serie de libros Padre Rico, bien saben que he saltado del avión muchas veces y no he podido construir el paracaídas.
La buena noticia es que me estrellé contra el suelo y reboté.
Muchos de mis fracasos y éxitos fueron pequeños, así que el rebote no me dolió mucho, bueno, hasta que inicié mi negocio de carteras de nylon y Velcro. El éxito de ese negocio fue enorme, aunque también mi caída.
La parte buena es que tuve la mejor experiencia comercial de mi vida. Aprendí mucho acerca del negocio y de mí mismo a través del proceso de reconstrucción.
Una de las causas de mi terrible caída en el negocio de las carteras de nylon para surfistas fue que no presté atención a los detalles. Mi negocio creció tan rápido que llegó a ser mayor que la capacidad de los tres emprendedores que lo crearon.
En otras palabras, nuestro repentino éxito fue acelerando nuestro fracaso.
El verdadero problema fue que no nos dimos cuenta de que estábamos cayendo.
Cuando el dique finalmente reventó, nuestro paracaídas no se abrió.
Durante mi infancia, mi padre pobre a menudo decía “ve a la escuela y obtén buenas calificaciones para que puedas conseguir un buen trabajo con buenas prestaciones”.
Me alentaba a convertirme en un empleado.
Mi padre rico también a menudo decía “aprende a construir tu propio negocio y a contratar a buenas personas”.
Me alentaba a convertirme en un emprendedor.
Un día, le pregunté a mi padre rico cuál era la diferencia entre un empleado y un emprendedor. Su respuesta fue que “los empleados buscan un trabajo después de que se construye el negocio. El trabajo de un emprendedor comienza antes del negocio”.
Por todo el mundo, los emprendedores les dan un beso de despedida a sus familias y salen hacia sus propios negocios con la idea de que resolverán sus problemas trabajando más arduamente y por más tiempo, pero no ven que estas dificultades comenzaron mucho antes de que hubiera un negocio y se detienen en actividades que no les dejan dinero.
El problema es que si dejan de trabajar, el negocio se desmorona y se hunde.
Si deseas iniciar tu propio negocio, antes de renunciar a tu empleo, primero habla con un emprendedor acerca de cuánto tiempo gasta en actividades administrativas que no producen ingresos. Y muy importante: pregúntele qué hace frente a ese desafío.
Mi padre rico dijo: “A mitad del camino, el emprendedor comienza a crear un paracaídas y espera que se abra antes de estrellarse contra el suelo”.
Y también dijo: “Si el emprendedor se estrella contra el suelo antes de fabricar un paracaídas, es muy difícil que se vuelva a subir al avión y lo intente nuevamente”.
Para ustedes que conocen la serie de libros Padre Rico, bien saben que he saltado del avión muchas veces y no he podido construir el paracaídas.
La buena noticia es que me estrellé contra el suelo y reboté.
Muchos de mis fracasos y éxitos fueron pequeños, así que el rebote no me dolió mucho, bueno, hasta que inicié mi negocio de carteras de nylon y Velcro. El éxito de ese negocio fue enorme, aunque también mi caída.
La parte buena es que tuve la mejor experiencia comercial de mi vida. Aprendí mucho acerca del negocio y de mí mismo a través del proceso de reconstrucción.
Una de las causas de mi terrible caída en el negocio de las carteras de nylon para surfistas fue que no presté atención a los detalles. Mi negocio creció tan rápido que llegó a ser mayor que la capacidad de los tres emprendedores que lo crearon.
En otras palabras, nuestro repentino éxito fue acelerando nuestro fracaso.
El verdadero problema fue que no nos dimos cuenta de que estábamos cayendo.
Cuando el dique finalmente reventó, nuestro paracaídas no se abrió.
Durante mi infancia, mi padre pobre a menudo decía “ve a la escuela y obtén buenas calificaciones para que puedas conseguir un buen trabajo con buenas prestaciones”.
Me alentaba a convertirme en un empleado.
Mi padre rico también a menudo decía “aprende a construir tu propio negocio y a contratar a buenas personas”.
Me alentaba a convertirme en un emprendedor.
Un día, le pregunté a mi padre rico cuál era la diferencia entre un empleado y un emprendedor. Su respuesta fue que “los empleados buscan un trabajo después de que se construye el negocio. El trabajo de un emprendedor comienza antes del negocio”.
Por todo el mundo, los emprendedores les dan un beso de despedida a sus familias y salen hacia sus propios negocios con la idea de que resolverán sus problemas trabajando más arduamente y por más tiempo, pero no ven que estas dificultades comenzaron mucho antes de que hubiera un negocio y se detienen en actividades que no les dejan dinero.
El problema es que si dejan de trabajar, el negocio se desmorona y se hunde.
Si deseas iniciar tu propio negocio, antes de renunciar a tu empleo, primero habla con un emprendedor acerca de cuánto tiempo gasta en actividades administrativas que no producen ingresos. Y muy importante: pregúntele qué hace frente a ese desafío.
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